Me gusta, no me gusta (a lo Roland Barthes)
No me gustan los celulares, las manzanas ni los adolescentes. No me gusta tener que comer cuatros veces al día, vestirme comprar ropa, saludar. No me gusta hablar. No me gustan los novios en el cine, ni el matrimonio, no me gustan los bebés, las risas agudas. No me gusta la diplomacia, la avaricia, los empresarios ni los emprendedores. No me gusta la luz artificial, las piscinas ni las palmeras, las galerías de arte. No me gusta el deporte ni los fuegos artificiales, no me gustan las competencias, no me gustan las profecías, no me gusta Londres, no me gusta la monarquía ni la república, no me gusta la danza Butoh, los humoristas ni los notarios. No me gusta Bukowski, Salvador Dalí ni el circo chino. No me gustan los cumpleaños ni las reuniones de profesores. No me gustan las evaluaciones, ni la Educación física. No me gustan las premiaciones, el mejor compañero ni el amigo secreto. No me gusta el joven Werther, no me gustan los automóviles, no me gusta comprar ni vender. No me gustan