Los que no vuelven de Gabriel Mérida

Admito que este cuento lo leí obligada y sin embargo, venciendo los prejuicios de la obra impuesta resultó ser un relato virtuosísimo, perfecto de no ser porque, claro, lo leí obligada.
Pero ése es un asunto mío, no del autor, mucho menos del cuento.
Aqui un fragmento:
"Cuando por fin toco el suelo, me doy cuenta de que estoy en la Alameda. Con mi linterna algunos vidrios brillan, algunas casas me muestran sus interiores llenos de peces. Ruiz tenía razón. Ahora recuerdo lo plomiza y abrumadora que era esta ciudad. Sin embargo aquí estoy, pensando en qué palabras decir para que las burbujas se las lleven al cielo(...)"

Para leerlo completo vaya ACÁ!!!

Comentarios

Jaime Antonio ha dicho que…
Lo leeré Caro :)
espero que disfrutes las vacaciones
y no perdamos el contactoo
puedes venir a mi casa cuando quieras y trata de enviarme prontoi algo para capicúa (no más de 500 palabras) :)

abrazos
Jaime Antonio ha dicho que…
Lo leeré Caro :)
espero que disfrutes las vacaciones
y no perdamos el contactoo
puedes venir a mi casa cuando quieras y trata de enviarme prontoi algo para capicúa (no más de 500 palabras) :)

abrazos
revista gotera ha dicho que…
es a veces tan triste leer en forma obligada.
es como entender en forma obligada.
el cuento es tremendamente bueno.
y deja un raro animal de pena moviéndose en el pecho
Ópera ha dicho que…
si uno no le hiciera caso a la reincidencia no ocurririan cosas tan buenas como haber leido este cuento al darme una vuelta por tu blog.
saludos!
MBI ha dicho que…
Me gusta este blog tiene algo inconexo y entrañable en sus entradas...
como en una ópera ha dicho que…
me agregaste! que lind!!!!!
Haré lo propio en el mio.
me gustó encontarme contigo hoy en la U, suerte con los tutifrutis!
MicroCine ha dicho que…
Ey, chingón este blog. Si todo es tuyo, Avellaneda. Jajaja. ¿O casi? Te leeré seguido. Un abrazo.
Nina Avellaneda ha dicho que…
no todo pues.. si le dije. algunas son mías, otras de otros. otros a los que cito al final o en el título.

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