Rito fúnebre

Me encuentro con un amigo a la salida del auditorio. Es Illanes y aún me pide disculpas por rayar las paredes de mi casa con ese plumón azul tan reticente al alcohol. Me muestra un libro de Héctor Viel Temperley y me lee un gran poema tras el edificio de los mosaicos. Un gran poema del que no logro oír más que frases sueltas que se anudan brillantes y explotan antes de ser comprendidas.

Estamos tirados en el pasto y el sol nos pega de frente. Illanes tiene calor, quiere moverse de aquí. Yo tardo un poco más en reaccionar ante este calor, y es que la situación me sorprende débil, le comento a Illanes; llevo dos días con este dolor de estómago, aletargada. Pero creo que no me entiende, no llega a oírme. Yo le digo estómago y él piensa, supongo, en esquirlas doradas incrustándose en la piel, en números primos y soledades binarias del arcoíris de fuego...
"Camisa de mariposas", de pronto oigo que dice. Me gusta esa imagen, una camisa de mariposas. Un corazón de mariposas, me gusta más aún. Uno que tenga esa propiedad de descomprimirse y libertarse al menor manotazo.
Las quemaduras de este sol comienzan a picarme, no me quiero mover, ni puedo. Illanes sigue leyendo, creo que se ha movido unos metros, pero puedo escucharlo, escuchar palabras como carriles de metro avanzando a velocidad también de metro y bajo las temperaturas de metro y el de mis piernas extendidas, y ajenas a mí. Todo es ajeno a mí.

No puedo abrir completamente los ojos. Me parece que ha pasado un año desde que estoy aquí, cremándome junto al murmullo que no deja de emitir este desconocido que tengo al lado.
El cielo está tan anaranjado. Le doy una mordidad y parece como si me saciara de algo.

Es un año lejos de Juan. Juan tiene la punta de sus dedos sobre mis ojos, los largos dedos de Juan, y los mueve en círculos para que yo me duerma. Dile que se calle, amor, dile a aIllanes que no puedo comprender que está diciendo, que este sol me está acunando para llevarme a la frontera y que del otro lado no recordaré más que tu nombre Juan, nada más.

Estoy tan extendida y tan muerta que pareciera ser que cubro la tierra con mi pellejo nostálgico. Tengo la memoria enardecida, la soledad desenvainada, el rostro perfectamente atroz de un ciego limosnero. El fuego en tanto hace su tarea y me quema, síntoma vital de que el mundo marcha. ¿Todavía estará leyendo Illanes? No logro oírlo, pero eso no significa nada. Nadie oye en el centro de la tierra.

Comentarios

vio le ta ha dicho que…
te llamas nina?
nina es un nombre que no se olvida.
tampoco hay que olvidar el dolor, mucho menos el dolor de estómago. illanes es un nombre que no dice nada.
juan es un nombre horrible, pero que dice mucho.
prefiero marta, como la cabra loca.
si fuera cabra me llamarían marta,
si fuera oveja, sería nina, si fuera un lobo me llamaría juan.
si alguien puede morder el cielo es pq no ha muerto.
me gustó tanto heroína, hasta me imprimí uno.
Paula R.D ha dicho que…
Qué rico el cuento, me refiero al acto de leerlo. Imágenes preciosas en perfecta armonía, todas crujientes, yumi yumi.

Leerlo me hizo recordar esa sensación desintegradora de cuando escucho poemas muy largos. Como que llega un momento en que los versos dejan de tener sentido y se pierden en el hoyito del Infinito, pero no tanto porque las palabras se difuminen, sino porque nuestra propia atención se va a otra parte... en este caso,me gustó mucho el proceso en el que la narradora "viaja" hasta sus recuerdos con este Juan. Me encantó esa parte en el que ella le pide que haga callar al tal Ilanes, y esa sensación de luchar entre la letanía de ese poema que no se acaba nunca -por muchas camisas de mariposas que tenga-, lleno de palabras bellas, y ese único nombre -nada bello- que la narradora intenta retener, y que se va perdiendo inevitablemente. El rito más fúnebre, creo yo: perder el nombre de quien se ama a través de otra cosa que también se ama: la literatura... u.u

PS: Le hubieras mandado una plaquette de "Heroína" a la señorita de arriba ;D
Nina Avellaneda ha dicho que…
me llamo NINA y tú VIOLETA
vio le ta ha dicho que…
mucho gusto nina
me habían hablado de tí
Anónimo ha dicho que…
nota al pie: Illanes en la vida real es niña. Más que un cuento es una anecdota, de cuando nos fuimos al infierno sin quitarnos las flores de los zapatos.

a. revólver
Ninatona ha dicho que…
Alicia Revólver.. eres Norman Bates, ni más, ni menos. Afortunado.
Anónimo ha dicho que…
No Nina, No. Soy un boy scout.

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