Preguntas por el conocimiento



2

Sabes que debo escribir
Y someterme a las leyes
Instructivas del lenguaje

La cosedura del entramado
Se notará siempre
Pero quisiera omitir aquí tu voz
Y esa discreta tendencia
Ese sarcasmo vagamente higiénico al cual recurriremos
con esa establecida finalidad que sólo hoy comenzamos a valorar

Me defines como una predadora
Esta vez no te concederé la razón
Porque la dificultad para esto radica
En las toallas calientes que soportan mis brazos
Y en esas toallas heladas que soporta mi frente

(Por otra parte sabemos
Que las definiciones toman vida propia)

Por eso mi pelo cae sobre tu frente
Y no hago ningún esfuerzo
Para que este instante sea distinto de lo que es

Ahora bien
La joven estudiante
Inquietamente ve delante de sus ojos
Un número determinado de vivencias
Un número calculado de vivencias para su estabilidad
Y disponible para sus sentidos

Esto no lo sabe ella
Pero es extremadamente claro
No hay ambigüedad
No hay elección

Pero si repican los relojes con indolencia
O incluso bajo influencias frías
Reagrupamos esos acontecimientos
Es probable que lo irreparable
Continuamente aplastado
Salte delante de nosotros

Con esa necesidad que tiene de imprecarnos con dureza
El porque arrastrarnos
A ese que cumplirá con todos nuestros recuerdos después

Te ríes desafiando este acontecimiento
Te ríes de mí frente a estas construcciones
Te ríes de mis artificios
Te ríes de ese coche fúnebre de mi sueño

Pero mendiga sólo de ti puedo esperar algo
Puedo esperar descender rápidamente por una ladera de la ciudad
O puedo hacer creer en esta pantomima
Que puedo concederte un grado de seguridad tal en esa farsa
Que amortigüe el miedo que sientes como una imperfección

Además tú sabes muy bien
Que si omití nuestros vicios
O no dejé que se vieran
fue porque quise comportarme
Como la más alta clerecía

Pero forcé el poema mendiga para quitarte algo
Algo que me calme esta lógica
Que me llama a seguir con estos supuestos de siempre
En esta noche tórrida de verano.



3

La nieve cubre la ciudad
Cubre la totalidad del paisaje
La nieve no tiene matices de color
No tiene una amplia variedad de textura
Tiendo a pensar que la nieve sin variar demasiado es algo permanente
Está presente en cada ciclo
Aparece en cada dibujo de una eclipse
Creo que obviamente la nieve es más permanente que la memoria
Siempre y cuando entendamos por memoria esas imágenes herméticas
Que están en una semioscuridad

La duración y la presencia de la nieve las puedo comprobar en los segunderos del reloj
Estos demoran mucho más en pasar del 5 al 6 en invierno con nieve
Que en primavera cuando hay sol o llovizna
Por lo cual puedo deducir que el tiempo es una constante variable
Y podría decir cualquier cosa sobre él
Y sería igualmente irrelevante
Pero vino la tentación de creer que si estoy en el invierno
En el blanqueado invierno
Y no recuerdo las pasadas estaciones
Sería habitar esta ciudad como si nada como un mero ejercicio
Por ejemplo:
Cómo no recordar la primavera o el verano pasado
Con la nostalgia tan propia que motiva el verano o la primavera en los inviernos

Pero la realidad de la nieve me sitúa
Su presencia no me deja ver más que la nieve
Y ésta lo cubre todo
Lo ha cubierto todo por un tiempo largo
Y ya no tengo la certeza si el abedul que estaba el otoño que pasó
Estará la próxima primavera
Entonces trato de mirar bajo la nieve
Trato de ver el abedul bajo la nieve
Pero sólo están las profundas capas he insistentes capas de eso blanco llamativo
Que no me deja ver el abedul

Luego
Desconcertante y luego vana me resulta esta nostalgia
Cuando percibo que tanta desolada vastedad
Que tanto poderío eminentemente es vulnerable
Basta esperar el tiempo necesario
Para que el espíritu hecho de agua
Caiga cabeza abajo para dormir

Ximena Rivera, Puente de madera. 2010

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